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viernes, 31 de diciembre de 2010

2 - Navidad

-Papá, mañana es navidad.- dijo el niño corriendo hacia su padre.
-Así es, mañana viene Santa Claus.- sonrió el padre.
-En serio papi, ¿no se lo comieron los monstros?- pregunto observando a su padre a los ojos.
-No hijo.-
Se encontraban en una pequeña habitación de madera, un pequeño fuego los iluminaba y por un hueco en el techo entraba la luz de la luna, todo el resto del paisaje era oscuridad. El hombre comenzó a cantar “Sabes mi amor, pórtate bien, no debes llorar ya sabes por que, santa Claus llego a la ciudad, el todo lo apunta, el todo lo ve te sigue los pasos estés en donde estés…” el niño quedo dormido en los brazos del hombre, este lo recostó sobre un colchón raido y sucio, le beso la mejilla y lo cubrió con una manta. Tomo una silla y subió a ella para sacar la cabeza por el agujero del techo, lentamente se asomo para vigilar si no había zombies alrededor, al comprobar que no había ninguno, bajo, saco una pistola de entre sus ropas y se quedo sentado, cada vez que se escuchaba algún sonido, por  mínimo que fuese revisaba, todo con el afán de proteger a su hijo.
La luz del sol comenzaba a salir pero este todavía no se presentaba, el padre aun despierto, expectante sobre la silla, escucho un ruido afuera, como si alguien caminara de manera descuidada, asomo la cabeza por arriba y lo vio, ahí estaba, un zombie, bajo la cabeza, lo dejaría pasar, un zombie no era un problema. El pequeño se despertó, se comenzaron a escuchar gruñidos y una especie de grito lastimoso, el hombre salió otra vez, se exalto, comenzó a sudar, la preocupación deformo su rostro, el niño, despierto, seguía acostado, alrededor de 30 a 40 zombies se encontraban rodeando la casa, caminaban alrededor de ella, el hombre apretó la pistola y se coloco frente a la puerta, el niño se puso de pie.
-Cúbrete con la manta, hijo.- susurro el padre, el niño se tiro al suelo y lo hizo. El hombre seguía en la puerta, esperando a que entraran, unos cuantos zombies chocan con la casa haciendo mucho ruido, atrayendo a los demás seres, en unos cuantos minutos todos se encontraban golpeando la casa de madera, el niño comenzó a llorar debajo de la manta, la puerta se abrió pero el padre reacciono rápido y cerro la puerta empujando a los monstruos, saco la cabeza otra vez solo para darse cuenta que cientos de zombies rodeaban su casa, el niño seguía llorando, el padre también y sus lagrimas se mezclaban con el sudor que emanaba de tanto miedo que sentía, “¿que hacer?”  se preguntaba el hombre, cantar, “te observa cuando duermes, te mira al despertar, no intentes ocultarte de el pues siempre te vera, el sabe de ti, el sabe de mi, el lo sabe todo no intentes huir, santa Claus llego a la ciudad, santa Claus llego a la ciudad” la canción termino con una explosión, un balazo en la cabeza del niño, una mancha de sangre aparecía en la manta que cubría el cuerpo sin vida de su hijo, el hombre comenzó a llorar, los zombies seguían tratando de entrar, el hombre llorando, tomo la pistola y la coloco en su sien, las lagrimas y la sangre mezcladas con tierra formaban un extraño charco en el suelo, los zombies entraron y lo empujaron al suelo, el tipo quedo abajo y comenzó a reír mientras era devorado por esos putrefactos seres, la sangre manchaba todo el lugar, los carroñeros comían el cuerpo desmembrado del hombre, la frágil casa cayo aplastando a varios zombies, el cuerpo del niño quedo descubierto y rápidamente fue abordado por varios monstruos mas los gruñidos seguían, el sonido de la boca masticando la carne como quien mastica chicle, la gran mancha de sangre en el suelo, algunos pedazos de ropa que sobrevivió al ataque y al final solamente unas osamentas esparcidas por todo el lugar, con el sol emanando una luz tenue, como triste, por que santa Claus nunca llego a la ciudad.