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martes, 23 de noviembre de 2010

1 - Vision

-Es la verdad, antes todos estaban como zomb…- el chico dejo de hablar súbitamente, recordó que no se debía mencionar esa palabra frente a Paola.
-Lo siento,- le dijo.- en verdad lo siento.- se volvió a sentar en el mesa banco.
Ella miraba fijamente el pizarrón, ese pizarrón verde que había sobrevivido a todo, increíble que después de todo lo sucedido en el planeta la gente aun se preocupara por la educación.
-Así estamos mejor.- miro fijamente a los ojos del chico,  sintiendo la triste mirada de la chica sobre su rostro, en silencio.
Salieron del colegio, se dirigieron a la calle.
-¿Por donde nos vamos?- pregunto ella, tenia siempre la costumbre de preguntar aunque siempre se iban por el túnel.
-Por los pasillos.- respondió el.
El rostro de la chica se deformo en una mueca de terror, tenia 6 años sin salir a la ciudad. El la tomo de la mano y la guio hacia el pasillo, llegaron a el, desde ahí se observaba una pequeña parte de lo que hace mucho era Mexicali. Gran parte de ella estaba destruida, y, debido a que ya no podían utilizar las calles para transitar, el ejercito había construido por toda la ciudad miles de pasillos y puentes reforzados con cercas y rejas para proteger a la ciudadanía que tuviera que ir a alguna parte de la ciudad y por debajo de ella se habían construido varios túneles que eran utilizados principalmente por personas que transportaban grandes cargas y personas que desconfiaban de la seguridad ofrecida por las cercas.
Los dos chicos entraron al pasillo, el paisaje era desolador, de unos escombros salto un perro y se acerco corriendo a la cerca asta estrellarse con ella, el ruido hizo que Paola se asustara y regresara corriendo hacia el túnel, su amigo la observo irse hasta que la perdió de vista, el también corrió tratando de alcanzarla pero ella le llevaba mucha ventaja.
Siguió todo el túnel sin tener rastro de ella, decidió ir a la casa de Paola a buscarla y ahí la encontró, envuelta en una sabana en la sala.
-Lo lamento,- hablo el chico.- pero algún día tendrás que enfrentarlos, al fin y al cabo son solo simples cuerpos muertos, eso hace que puedan ser exterminadas un poco más fácil.-
Ella se quito la sabana, estaba llorando.
-Pero, tengo miedo.- sollozo la chica.
-Yo también, todos tenemos miedo, pero aquí estamos seguros, no nos harán daño.-
-No, tengo miedo, ¿Por qué no acaban con ellos si son solo muertos que no piensan?-
-No es tan simple, es mejor esperar a que ellos vengan, imagina que todos los soldados salen a acabar con ellos, entonces cuando no encuentren a ninguno creeremos que estaban acabados y saldremos de nuevo, pero que sucedería si uno estaba escondido e infecta varias personas, y esas a otras y sucesivamente, ya no tendríamos con que defendernos, es mejor esperar y no arriesgarse, recuerda, “un golpe en la…”-
-…cabeza certero y fuerte puede evitar tu pronta muerte.”- rieron juntos, esa pequeña cancioncita recitada por una vaca morada siempre salía en la televisión.
-Me tengo que ir, nos vemos en la tarde.-
Ella lo acompaño hasta la puerta y se despidieron, el chico camino hasta la esquina y se detuvo, después regreso corriendo pero ya era tarde, dos zombies se abalanzaron sobre el y lo hicieron caer.
-¡ADRIAN!- grito ella, el joven ya estaba muerto.
Se conmociono, como era posible que dos zombies lograron entrar, la seguridad que pregono Adrian había terminado, Paola corrió hacia un armario y saco un bate de baseball, corrió lo mas rápido que pudo hacia los zombies, cuando estuvo cerca de ellos exploto la cabeza de uno con un fuerte golpe, el otro se levanto pero ella asestó un fuerte golpe en el rostro y después otro en el cráneo para acabar con el, el cuerpo muerto de su amigo se encontraba a sus pies pero ella no se inmuto, no había cabida para sentimientos a partir de ahora, tenia que afrontar la realidad, que la seguridad había terminado, empapada en sangre pútrida regreso a su casa a tomar un baño, decidió que los enfrentaría y los acabaría, después de todo, como dijo Adrian, son solo cuerpos muertos.